Alquimia

Era la primera vez que íbamos, reservamos para cenar el menú degustación de 16 platos (si no me equivoco) para dos personas. Totalmente recomendable una experiencia increíble, pero sin menospreciar la comida, no hubiese sido lo mismo sin la atención que recibimos. No me acuerdo exactamente del nombre de la persona que nos estuvo atendiendo en todo momento, pero gracias a personas como él, es que una experiencia de este tipo cobra todo tipo de magia, ojalá hubiese más personas como él. ¡Gracias por la cena y la atención!

Nos quedamos un domingo en el gastrobar dejando el laboratorio (restaurante) para otra ocasión. Ofrecen una carta variada y un menú de 29€ que es el que pedimos, con 6 platos y postre recorriendo diferentes países y fusiones. La calidad precio es muy buena, estando todos los platos a muy buen nivel. Adjunto alguna fotografía, se me olvidó hacer foto de todos los platos. El trato, desenfadado e impecable. Te van guiando por el menú haciendo la experiencia más valiosa. Nos fuimos muy contentos, con ganas de probar el menú del restaurante, que será en otra ocasión. Por decir un pero, la decoración del gastrobar (El resto no lo he visto), resultaba algo sosa y quizás poco acorde con la experiencia culinaria. Si se mantiene el precio, lo prefiero así.

"Tiene que pulirse un poco y perfeccionar detalles en sala" El local no está mal, las mesas son pequeñas las sillas incómodas, no tienes espacio ni para colgar el bolso. Se nos cayó una copa de vino y tuvimos que pedirle servilletas de papel y que nos limpiase la mesa y nos cambiarse el mantel individual de papel cosa que en otros restaurantes de este tipo no hubiese sido necesario... Con respecto a la comida pedimos un menú de siete platos que fue in crescendo. Unos mejores que otros. Muy rico el peruano y el postre.

Fuimos a tomar el menú degustación de 54€ con maridaje pero el sumiller estaba de baja así que decidimos decantarnos por pedir una botella de vino (una pena pero son cosas que pasan). Local estupendo, trato muy bueno a pesar de que estaba un chico solo con todas las mesas del laboratorio prácticamente, y todo lo que tomamos muy bueno. 18 pases con los que te quedas más que llevo y que te hacen disfrutar de una comida estupenda. Tras ver el menú y los precios en general me parece que está todo muy ajustado. Salimos encantados y con ganas de probar el menú largo si alguna vez volvemos a Valladolid y surge la ocasión.

Espectacular y sorprendente . Menú con una serie de platos con sabores sorprendentes con un toque picante en varios de ellos con muy buena relación calidad precio. Recomendado sin duda .

Sitio que me recomendó hace tiempo un muy buen amigo y hasta hace un par de semanas no había ido. Se quedó corto con sus comentarios. Para las personas que les guste comer de menú cerrado es un must, pero, si como a mí, lo que te gusta es beber y aprender así como degustar una maravillosa cocina con cientos de matices este es, sin duda, tu sitio. Quiero destacar, seguro q hay muchas personas q lo han expresado mejor q yo, la figura de su sumiller Patricia (es un diamante), nos conquistó desde el primer minuto con su personalidad, su conocimiento y buen hacer. Mi recomendación es que os dejéis guiar por semejante oráculo, os preguntará todo lo q necesita saber, qué banda de precios estáis manejando y NO OS VA A ENGAÑAR. Los camareros que te atienden al mismo nivel de lo ya comentado, por lo tanto altísimo, te explican los platos con detalle.

Segunda experiencia en este restaurante de Valladolid, continúa experimentando con nuevas formas y sabores. La verdad que todos los platos que pedimos estaban buenos, pero sí que es cierto que en algunos pesaba más la originalidad de la presentación que el sabor de los platos, por eso no le pongo las 5 estrellas. Me gustaría que la decoración fuese un poco más acogedora ya que me resultaba un pelín fría y desangelada, aunque entiendo la parte de experimentación que querían transmitir pero creo que no se terminaba de lograr. En cualquier caso, les animo a que continúen innovando y recorriendo el camino por el que han optado.

En pleno centro de Valladolid, junto al ábside de la emblemática Iglesia de Santa Maria de la Antigua, está este restaurante que siempre me sorprende. Es un laboratorio de la cocina, con zona de gastrobar y zona de experiencia o el laboratorio propiamente dicho. Ahora con dos menús, largo y corto. La comida es excelente, sabores diferentes, nuevas experiencias. Tienen una buena carta de vinos. El trato es muy agradable y la relación calidad precio es francamente buena. En resumen un restaurante muy recomendable, una experiencia gastronómica que merece la pena.