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Si quieres tomar algo en un entorno diferente es el sitio. Te trasladas en el tiempo, es una sensación especial poder tomar unas tapas en unos baños árabes centenarios. Las tapas muy normales, pero lo peor sin duda alguna es la limpieza, muy dejada, no era nada apetecible comer en los mantelillos de la mesas. Es una pena porque el entorno es magnífico.
Un lugar precioso, encantador, tomamos rebujito y unas tapas. Magdalena es una persona maravillosa, nos atendió superbien y nos explicó la historia de los baños. No se puede venir a Córdoba y no visitarlo.
Al lado de la Mezquita es un sitio ideal para una parada, descansar y relajarse en el patio tan precioso. Además de poder ver lo que queda de los baños árabes, que con la consumición es gratis. Nosotros no comimos, por lo que no puedo opinar de la comida. Tomamos té, he de decir que estaba exquisito, de lo mejor que he probado (tenía un toque a canela....Uf buenísimo) y la chica que allí estaba fue un encanto. Merece la pena pararse un rato.
Poder comer en una cueva fresquitos no tiene precio, parece que estuviera el aire acondicionado puesto. El salmorejo cordobés muy rico y el tomate con menta también. El servicio es bueno y cuentan con música en directo.
Un lugar muy tranquilo para tomar algo, también se puede cenar, el día que estuvimos había un guitarrista en directo que era premio nacional, el precio de visitarlo son dos euros si consumes algo es gratuito, muy recomendable, bonito y agradable
Poder tomar algo en unos baños árabes del siglo X es un lujo. Si además te ofrecen algo de gastronomía local, casera y sostenible (andalusí y cordobesa) y te cuentan la historia de este lugar tan emblemático, la experiencia es digna de recomendación. El patio fue la sala templada de los baños y conserva las columnas romanas reutilizadas, un capitel corintio y los demás califales (dos de ellas con sello de Abderramán). La sala caliente abovedada se conserva en muy buen estado, tiene también mesas para tomar algo y conecta con una canalización romana donde aún hay agua (esta parte no es visitable). Tomarse en este entorno un té verde frío o una sangria, es una maravilla para los sentidos. Muy recomendable.
De tapas por Córdoba 8 Imposible entrar sin reserva durante el show flamenco, así que lo hicimos ya bien entrada la noche, recién concluida la actuación y con el local vaciándose. El camarero tuvo que consultar con su jefa si podíamos sentarnos a tomar algo. Afirmativo. Unos Ribera y una ración de jamón ibérico. Bien. Nuestro mayor interés era ver el pequeño local, habilitado en unos antiguos baños árabes. El patio porticado donde nos sentamos tiene solera y encanto (aunque la pintura de los arcos, que imita los de la mezquita, es del siglo XX). Nadie nos invitó a ver el aljibe y la otra pequeña estancia habilitada. Y a esas horas no era cuestión de importunar. El marco merece subir la calificación un punto.
Nos vamos enamorados de este lugar!! La camarera estupenda!! Todo tipo de pregunta sobre el lugar nos lo explico perfectamente? Servicio y atención 10!