Restaurante que sirve platos y bebidas clásicos. Restaurante informal con terraza, que sirve platos y tapas tradicionales, cerveza y vino.
Bien ubicado, un menú del día que aguanta probarlo y una carta que te permite otras opciones. El lugar es cómodo, el servicio es rápido y el precio es moderado. Buena actitud del mesero. Por su ubicación y servicio es un muy buena opción.
Extraordinario establecimiento a un minuto de la Plaza España. Bonita terraza y acogedor comedor. El trato fue estupendo y pese a añadir comensales a última hora todo fue amabilidad. Las tapas y raciones están muy ricas con especial mención a la ensaladilla, la oreja y el morro. Sin duda repetiremos.
Carne descongelada y fría, huevo rotos, que eran tortilla francesa con tres lonchas mal puestas de jamón. El camarero intentándome convencer de que los huevos rotos eran así.. sin comentarios. Espera de 30 minutos desde que nos sentamos, camareros entre ellos discutiendo, no se aclaraban. Para terminar nos dan a elegir entre dos postres congelados. Trufas que nadaban en Nata. En general somos clientes de siempre y no volveremos. Ya que hemos salido a 30 euros por cabeza y nos hemos ido mal comidos y con mal sabor de boca.
Bar estándar de barrio. No ponen ni una triste patata con las consumiciones, o te pides una ración o te tomas la cerveza a palo seco. Tiene dos terrazas, bastante agradables, aunque por la tarde-noche los calefactores son insuficientes. El trato es bueno, aunque si no pides más que la bebida vas a tener al camarero acosando desde el lateral de la terraza para que o pagues y te vayas o pidas algo más. Para una caña rápida es pasable.
La comida exquisita así como el trato de los camareros de sala y de la barra del bar, muy atentos, simpáticos y serviciales. Ambiente muy agradable. Altamente recomendable
El servicio extraordinariamente lento y el camarero desagradable a mas no poder. El menú de calcots muy caro, 70€ por una mini ensalada (3 trozos de tomate), una teja y 6 costillas enanas para dos personas. La verdad es que nos ha defraudados mucho
Fuimos a probar ya que tenia buenas reseñas, pero nos decepcionó un poco, las patatas bravas era las mismas que se pueden obtener en un bar de chinos, la salsa super basica y lo otro por lo que fuimos fue por la parrillada aragonesa, estaba en su punto pero tampoco nada especial. Destaco la higiene del lugar y el cuidado por parte de los empleados. Con la bebida incluida gastamos unos 20 euros y fue suficiente para poder seguir paseando por la ciudad.
Comimos el menú calçot, ¡Impresionante! Todo muy bueno, servicio estupendo, muy amables y muy agusto. Para repetir