Cávala

Tenía muchas ganas de visitar Cávala, me habían llegado muy buenas referencias, pero no salí 100 por 100 contento. Algún plato destacable, como el gazpacho picante con quisquillas curadas en sal o un excelente pargo con espinacas y su jugo; pero bastantes decepciones, por ejemplo los aperitivos del menú degustación (bastante tontos), una preparación con trompetas de la muerte (llenas de tierra), o los tres postres, bastante planos de sabor. Ni la sala (estuvimos muy apretados, y los camareros casi no podían servir los vinos), ni el servicio están preparados para un menú de degustación de 90 euros sin vinos.

Restaurante muy bonito, con una sala grande y cómoda, aunque algo fría. Tomamos el menú degustación “Trueque” (85€) que consta de once pases en los que se incluyen dos postres, a destacar la Ostra Bearnesa, la Cazuela de cigala y el arroz negro, que lo incluyeron en sustitución del Arroz con caracola. Todos los platos con mucha potencia y sabor, aunque, para mi gusto, los postres no estuvieron a la altura del nivel del resto del menú. El servicio es muy amable, joven y profesional, marcando muy bien los tiempos y con un@s camarer@s bien informad@s de la oferta gastronómica. Como punto negativo, se hace imposible reservar o ver la carta de forma digital. ¡VOLVEREMOS!

Recomendadísimo. Me parece baja la nota que tiene en Google. Tiene 1 sol repsol. Local bien decorado y con cocina abierta. El personal con trato muy amable. El producto es en la mayoría del mar, de gran calidad. Los platos son clásicos pero con un toque moderno. La relación calidad precio es buena, cenamos en cantidad 3 personas por 170e, incluyendo unos cócteles y postre, por lo que ronda los 50e por persona la cena normal. Tiene menú degustación por 90e. Repetiremos, sin duda!

Fuimos por recomendación y nos gustó mucho. El servicio muy atento y los platos muy buenos. No llego a poner las 5* porque tanto en platos como en vino no tenían disponible nuestras primeras opciones de la carta.

Lo clasificaría como aspirante a estrella Michelin! Lo elaborado y selecto de su carta, amplia bodega, profesionalidad de sus camareros y el diseño y decoración del restaurante, justifican sin duda su precio. Un placer ver gracias a su cocina a la vista, como trabajan sus chefs. €€€

Fantástico restaurante. Preciosa decoración, buena atención y gran calidad de materia prima. Buena elaboración de cocina de autor. Especializado en pescados y mariscos

Gran servicio y trato, todos los platos fueron anunciados. Remarcar la profesionalidad del jefe de sala. La calidad del producto excelente. Gran variedad de vinos. Disfrutamos mucho de la cena. Calidad precio muy buena.

Lugar: sin lugar a duda es un sitio que incita a entrar desde su exterior, una vez dentro puedes observar un diseño y decoración elegante, lineal y sobrio…tipología muy dada en el País Vasco. Bajo mi punto de vista en ese aspecto me faltó calidez. Servicio: excelente, tienen varios detalles tales como servir un aperitivo a la llegada junto con una degustación de AOVE. No obstante y debido a la calidad y precio del lugar, eché en falta algo más de atención. Terminando la cena pensé en más de una ocasión que estaban deseando cerrar. Comida: en este aspecto, realmente pese a estar todo muy bueno, quizás debido a las expectativas que en su idea me hice sobre el lugar, esperaba más, me faltó fuerza y sabor en muchos de los platos que pedimos. Fue un error pedir la ostra con salsa (ya que el sabor de la ostra se pierde totalmente en una salsa estilo mahonesa, además en boca se hace muy pesada y el sabor es demasiado fuerte), así como la tortilla, viene presentada súper atractiva, pero los ingredientes no llegan a fusionarse en un todo lógico de sabor. A destacar el Erizo y el salmonete con una cama de arroz, ambos dos cumplieron con nota mis expectativas. Maridaje: solicitamos pese a finalmente no pedir el menú degustación del día, que por favor nos maridaran cada plato con el vino que ellos estimasen oportuno, en este caso acertaron fielmente con la elección de cada vino. A veces el problema no es de los sitios, si no de las expectativas preconcebidas que podamos hacernos con antelación a nuestra asistencia, por lo que volveré encantado otro día para seguir probando sus platos y disfrutar del lugar.