El Chiringo

Dejarse aconsejar por Pedro ha sido todo un acierto. Vinimos recomendados y con razón, es uno de los restaurantes que te dejan huella, porque tanto el producto, como el servicio son excelentes. Sólo pensar que no tiene carta, ya te da la tranquilidad, de que lo que vas a comer está fresco. Repetiremos cada vez que pasemos por Zaragoza.

Ya había ido en una ocasión y me gustó esta vez fuimos 4 a comer, pedimos una ración de jamón que estaba bien, unos pescados fritos que estaban buenos, pero yo fui para comer sargo, comimos 3 y nos pareció espectacular, sin embargo la carne estaba bien pero quizá esparaba más, los postres caseros muy buenos, sobre todo el flan, y el helado de Kinder buenísimo. Si queréis comer un buen pescado no dudéis en ir, no os arrepentiréis. El precio acorde a la calidad, aunque yo preferiría que tuvieran una carta aunque tuviesen platos fuera de ella para evitar sorpresas. Por cierto destacar la buena atención por parte de Pedro y la chica que nos atendió.

Un pescado riquísimo, de lo mejor de Zaragoza . Y la atención cercana. Te hacen sentir como en casa

Pequeño local en el centro de Zaragoza, con capacidad para unas 6-7 mesas, en el que encontramos producto de alta calidad, con una elaboración sencilla, respetando el género. Servicio muy cordial y familiar. Hay que reservar si quieres tener sitio.

No es obligatorio por ley que te enseñen una carta con los precios con IVA? La verdad me parece increíble. La calidad es buena, pero no tiene uno porque andar con el corazón encogido sin saber si le están ofreciendo un plato de 15 o de 35

Comí como en casa. Tanto el restaurante como los camareros te hacen la experiencia muy acogedora. Producto fresco y de calidad al precio que ha de ser. Volvería sin duda

Un descubrimiento absoluto. El trato no pudo ser mejor, muy amables y sabiendo recomendar en todo momento. Comimos de 10, estaba todo buenísimo. Repetiremos sin duda.

Excelente comida de la mano sabia del chef Pedro. Jamoncito recién cortado, Sabrosas gambas con cabeza al ajillo y una lubina a la sal para relamerse para rematar con repostería de la casa. Bodega acorde con la categoría de la casa. Era mi segunda visita tras mi debut con un delicioso corderito al horno. Repetiré.