Restaurante sofisticado con ambiente llamativo. Restaurante refinado y llamativo donde se ofrecen platos tradicionales, jamón ibérico y cocteles.
Un lugar estupendo para cenar. Una apuesta segura en la que no te equivocarás y si invitas a alguien quedarás de 10. Es toda una experiencia desde el inicio, los camareros hacen una atención espectacular y el sitio es maravilloso, todo un museo. Lo único que quitaría del menú es la tarta de queso con caramelo salado. Por lo demás 100%recomendable. Eso si ve con reserva.
Tenía muchas ganas de ir y me encantó. El restaurante es precioso, elegante y con mucha decoración de ferretería Hay diferentes ambientes y luego una planta abajo también. Es más grande de lo que parece. El servicio es muy profesional, con un excelente trato. La carta es bastante variada con platos tapas y muchos platos principales. Primera vez probando rejos, muy rico. Las bravas son curiosas ya que son trocitos grandes de patatas con 3 salsas a mojar También tienen buena pinta los cócteles que preparan ?
Creo que la calificación más justa es 4.5. El ambiente es muy agradable. Algunos platos muy exquisitos (hay una historia por detrás; es una experiencia gastronómica). Recomiendo: Solomillo de vaca, pan de cristal y patatas. Otros que he probado: Costilla de Ternera y Revolconas. Además, buena música y el servicio específico de una camarera de pelo largo (olvidé su nombre) fue muy agradable. Para accesibilidad, tenga en cuenta que los baños y el salón de comidas están en el sótano.
Muy buen restaurante en el centro de Madrid. Ideal para disfrutar de una cocina de alta clase con el tocó informal. La comida es excelente y el servicio de lo mejor. Los precios son un poco altos, pero nada fuera de otro mundo. El sótano es perfecto para reservas en grupo y muy fresco para los días calurosos del verano.
El lugar es muuuy bonito. A nosotros nos tocó en una zona preciosa y fresquita (fuimos en verano) la comida estaba buena y el trato también. Todo el mundo salió encantado y quede muy bien ante ellos por elegirlo. Pues la decoración y el ambiente ayudó muchísimo junto a la comida
Precioso local, si quieres dejar a alguien con la boca abierta este es el sitio. Una antigua ferretería que mantiene la decoración y el mobiliario antiguo. Dispone de varios ambientes y una sala en la planta sótano, pero sin duda la joya de la corona es su sala de entrada con el antiguo mostrador, la caja registradora y los muebles de madera para organizar los materiales de la ferreteria, que es perfecta para disfrutar de unos vinos y algo de picar. Platos elaborados y originales, lo que probamos nos gustó mucho. Servicio atento y amable Imprescindible reservar.
Hermoso sitio, llama mucha la atención por su estética y por dentro cumple con lo que vende desde el exterior. Entrando solo a por una copa de vino, pero sin duda volveremos a comer y probar algunos platos de su exquisita carta. La atención de la camarera fue de lo más agradable y rápida, para remarcar la atención. Un sitio al que debes ir al menos una vez cuando estés en el centro de madrid.
Comenzamos Servicio: Nos atendió dos chicos muy majos y atentos siempre ⭐️⭐️⭐️⭐️⭐️ Comida: Nos gusto todo menos el Torreznos, no estaba tan a nuestro gusto, la comida era de primera y calidad precio excelente ⭐️⭐️⭐️⭐️ Servicios y ambiente: Los baños limpios, la decoración es muy linda, la temperatura del lugar estaba perfecta para ser verano ⭐️⭐️⭐️⭐️⭐️ Lo único que una chica delgada al parecer no tenía muy buen día y estaba un poco de mal humor. (No nos atendió pero no daba buena imagen). Esperemos que la Próxima vez este mejor. Nos encanto ?❤️y volveremos. ??