Restaurante moderno de cocina española y peruana. Restaurante sofisticado y exclusivo, situado en un hotel, donde se sirven platos de cocina de fusión peruana, vinos y cócteles.
El sito es caro, pero la calidad lo merece. El trato de los camareros muy bueno y atentos. La comida excelente. La hamburguesa muy rica. El local y los baños muy limpios. Música ambiente tranquila, sin molestar. No le pongo las 5 estrellas porque no tenían postre de chocolate negro, algo extraño. Ponen un aperitivo muy rico por dos euros.
La entrada se hace por el hotel y subiendo una escalera espectacular hasta el primer piso con acceso directo al restaurante. La decoracion te sorprende. Además tiene la posibilidad de adecuar salones privados. La atención es esmerada y el servicio fenomenal.
Lugar muy tranquilo y agradable con unas vistas maravillosas a la Gran Vía madrileña. La comida esta muy buena y el trato de los camareros es estupendo. El aperitivo que ponen está muy rico aunque creo que es algo que podrían no meterlo en la cuenta, ya que es algo que te sirven a iniciativa suya. Por lo demás pasamos una velada estupenda!
Nos ha encantado! Hemos ido a las 12:30h al brunch y nos han atendido de maravilla, el sitio es precioso, la comida abundante y variada; hemos cogido el brunch de 35€ que incluía una bandeja de productos variados (bollería, pudding de Chía, quesos, jamón, mantequilla, mermelada, fruta...), plato principal a elegir y postre tb a elegir. Estaba todo buenísimo y con muy buena presentación. Volveremos sin duda. Muy recomendable y con unas vistas de G.Via magníficas!
Buena opción para un jueves por la tarde. De 19 a 21 barra libre de aperitivos (los camareros van pasando con bandejas) y una consumición por 12€ por persona. Buena música. Reservar con antelación para ahorrarse cola
Estuvimos para cenar y el sitio está bastante bien. Carne muy rica y una muy buena ubicación en la gran via.
Ambiente tranquilo e íntimo en pleno Gran Vía con un excelente equilibrio entre entrantes fríos y principales cocinados al carbón. Imprescindibles las ostras.
Bonitas vistas a la gran vía, la atención es espectacular, amables. La comida muy rica, solo que la hamburguesa me pareció muy simple. La costilla ibérica sí que está muy buena. Lugar para un buen vino, charlar y cenar tranquilamente.