Juana Y Juan

Dando un paseo por el centro, decidimos entrar en Juana y Juan. Merendamos 2 cafés y 1 tarta de Oreo, a pesar de que la tarta estuviese buena y los cafés sin más, salimos a 5€ por cabeza. El local no es feo pero la ventilacion brilla por su ausencia. Hacía un calor horroroso y olía a frito. La verdad que no me imagino el horno que debe de ser en verano.

Cafés normales incluso un toque a café quemado. 3€ un café. Excesivo precio para la calidad del café. La terraza está muy bien. Había mejores baños en Auschwitz. El trato de los camareros es raro, como intentar sentarte rápido y en pocas palabras. Muy raro todo.

Una locura. No hay como bajar la nota. Los mozos muy agradables te invitan a entrar y equivocan precios. Pedimos un vino que para comprobar preguntamos dos veces y el precio era 8.90 (luego fueron 18.90), los platos diminutos, la paella de mariscos tan recomendada no traía ni dos aros de calamar ni mucho menos otros mariscos. No tengo más fotos porque pensamos que la comida al menos sería abundante pero ni eso. Nos dijo el mozo de probar el Ali olí, y nos lo trae obviamente como en el resto de Mallorca con aceitunas y pan, PERO TE COBRAN TODO APARTE. Por otro lado desagradable la gente: un “amigo del dueño”, en teoría argentino y tucumano, no tuvo mejor y más oportuno mensaje que decir en la barra mientras le regalaban cerveza:”pagar…eso es de pobre” y luego de tomarse un par se va gritando “gente ya está invito yo” y se va Dan náuseas hasta como personas Sin más comentarios

Local en Plaza España de Palma. Tomamos unas bebidas de las cuales las cañas tiradas muy regular. Servicio muy mejorable, 2 camareros para 20 mesas aprox. de las cuales estaban ocupadas menos de la mitad. Demasiado acelerados pero poco atentos. El precio es muy discutible, correcto por ubicación pero muy alto por calidad-precio-servicio.

Pongo una estrella porque no puedo poner -6. Camareros mal educados Shandy "6€" y caliente me quejo y me dice que la jarra está fría le digo que la cerveza está caliente se rie y se da media vuelta Pido por un encargado y me dice que es él, como no me lo creo entro le pido a una chica por un responsable y me dice que ella, luego me dice que le diga lo que quiero porq la responsable no esta, cuando no era verdad porque justo estaba sentada en la mesa de al lado, cuando he podido hablar con ella me hacía un vale para una próxima vez No gracias no quiero un vale porque simplemente no quiero ni pienso volver

La comida está rica y los camareros que nos atendieron fueron amables, pero los precios asustan. La gracia del sándwich de jamón y queso (así, sin nada más) y el bocadillo vegetal de las fotos, más la bebida que pedimos que fueron dos nesteas, nos costó casi 19 euros. Una comida que te puedes hacer en casa por mucho menos dinero.

Pedí un café con leche y me ofrecieron una tarta para acompañar, elegí la chesse cake y me la tragieron congelada ,era imposible comersela al momento. Camareros que no prestan atención a su trabajo simplemente tratan de ligarte a la hora de pagar, no es l primera vez que me pasa esto con los camareros de allí. Precios inadecuados para el servicio que te ofrecen.

Otras veces sin duda fue una experiencia buena, aunque no barata, pero esta vez se ha visto totalmente nublada por la atención del camarero tailandés nuevo que se excedió de sobremanera con nosotros. La orientación se.xual de cada cual nos es indiferente. Lo que no es de recibo ni profesional es pedir el número de teléfono, redes sociales y demás “bromas” que ni merece la pena nombrar y además de forma insistente tomándose ciertas confianzas que invadian nuestro espacio y nuestra intimidad. Si es el jefe como el decía ser, menudo jefe. Si no era el jefe espero que alguien le reprima al menos.