Moderna taberna para pintxos y tapas. Taberna actual de aire industrial con terraza donde degustar arroz cremoso o pescado más tapas y pintxos.
Buena comida, buen precio y buen servicio. Decorado además con mucho gusto, con un bonito comedor interior. Posibilidad también de comer de picoteo en barra. Una muy buena relación calidad-precio y con raciones que tampoco son pequeñas. Poco más se le puede pedir a este restaurante. Un sitio muy recomendable para comer o picar algo sin salirse demasiado del centro.
Un buen restaurante. Precio elevados (para mí) pero lo vale. Buena calidad del producto. Buen trato durante el servicio. Buen ambiente. Música al nivel perfecto para poder hablar sin tener que alzar la voz. Sitio altamente recomendable.
Fuimos por recomendación de pinchos y acabamos cenando en el comedor. No teníamos reserva pero por suerte pudimos sentarnos a disfrutar de sus platos. La camarera super atenta y simpática. Pedimos una ensalada y dos entrantes, y nos fuimos bastantes satisfechas y llenas. Y qué decir del pan, buenísimo!!! Deseando volver para seguir probando su excelente comida. Totalmente recomendable
Puedes comer o cenar tanto en la terraza como en el comedor interior que está decorado de forma muy acogedora. Todos los platos q probé estaban deliciosos. La barra de pintxos es enorme y variada. La atención y el servicio muy buenos.
Muy buenas raciones. Probamos una croqueta de cada porque no sabíamos cual escoger y la verdad que la de seta, queso, bueno todas, estaban deliciosas. Los huevos fritos con patatas y jamón también. Y luego la ración de patatas con tres salsas muy buena. Buen sitio para tapear.
Posiblemente tuvimos mala suerte, y la experiencia pueda ser mejor normalmente, pero en nuestro caso reservamos para comer cuatro personas, pero la mesa que nos tocó fue en la barra junto a la puerta, en lugar de en el comedor, como pensábamos. Es un bar de pintxos, era sábado, y hacia buen tiempo, así que estaba a tope. Tardamos media hora en conseguir que nos tomaran la comanda. En general la comida estaba bien, excepto la tarta de manzana, qué el hojaldre estaba poco hecho. No probamos los pintxos, pero desde luego tenían variedad. El servicio ponía voluntad, pero estaba claramente desbordado. Por ejemplo, con la comanda pedimos un pan sin gluten, lo recordamos porque no llegaba y, a pesar de que nos aseguraron que estaba en el horno y que lo traerían en unos minutos, nunca llegó. Al menos tampoco lo incluyeron en la cuenta.
Muy poco personal. Básicamente el chico de la barra está solo atendiendo. 10 minutos exactos esperando hasta que me ha atendido, 4,10€ por un pintxo de tortilla (muy bueno) y un zurito, que te lo bebes en medio trago. Me parece abusivo. Habrá que plantearse dejar de venir.
Cena: La comida nos encantó. Originalidad, productos de temporada, de calidad, bien cocinados. Una variedad suficiente y para todos los gustos. Precio correcto. Por poner una pega nos pareció que al contrario que en barra en el restaurante hay falta de atención, no por culpa del camarero, sino por falta de personal (en un sábado noche, solo un camarero...). En general merece mucho la pena.