La Republicana

Me alegro encontrar este lugar tan pintoresco en mi paseo por el centro de Zaragoza. Y su decoración no es lo único que destaca en el lugar; sus platos también están a la altura. El tomate aliñado, con tomates muy sabrosos y muy bien presentado, al igual que los huecos rotos. Preguntamos si podían poner una ración media de queso manchego y media de jamón ibérico y muy amablemente nos lo pusieron. Me sorprendió gratamente que entre los postres tuviesen manzana asada. Una alternativa muy dulce y saludable. Así que la pedimos y también unas natillas que encantaron a mi hija. Sin duda un lugar que recomiendo y al que volveremos

La Republicana, un restaurante emblemático de Zaragoza, situado en el casco histórico, a dos pasos de la calle Don Jaime. No ha cambiado nada desde por lo menos, los últimos 39 años. Nos ha atendido una camarera muy simpática, que nos aconsejo unos platos saludables, copiosos y deliciosos. Lo mejor, la decoración, que nos hace viajar en el tiempo. Los muros cubiertos de antigüedades y recuerdos. Recomendable sin duda, tanto para turistas como para los maños.

Una taberna típica y muy agradable en el famoso Tubo de Zaragoza. Comida tradicional, sin pretensiones pero rica y abundante. La atención de los camareros con mucha amabilidad, educados y simpáticos. La decoración del local curiosa y adecuada. Para volver sin duda alguna

Restaurante en pleno centro de Zaragoza. Pese a su calidad, sorprende el precio de su menú(12.50), con opciones de elección de platos de comida casera. La comida está muy buena, y las raciones son generosas. Los huevos rancheros estaban espectaculares. También tienen diversas tapas y el local está ambientado muy guay. Sin duda, para volver.

Un sitio emblemático. Riquisimo.el menú de cocido por 18€ sin incluir la bebida. No reservan pero va muy rápido. Nos tomamos unos vinos y una tapa, para hacer tiempo, en 15 minutos tuvimos mesa. Recomendadisimo

En la entrada pone en grande, casa de comidas, pero es curioso por qué solamente hay tapas, que deben de llevar echas unos días, con el precio elevado para lo que es, de sabor no estaban buenas, y la apariencia tampoco era buena. La decoración del local no estaba mal, diferente. La chica de la barra era agradable. Aun que sin duda no es un lugar al que iría con la idea de comer nada..

Vine de casualidad la primera vez y las veces que he vuelto siempre me he ido con ganas de más. El trato de los camareros es excelente, tanto la comida como el café están riquísimos. El local además es precioso, tanto dentro como por fuera. Recomiendo muchísimo!

Bar en pleno centro de Zaragoza. Por fuera pasa desapercibido pero sin embargo tiene una decoración curiosa con objetos antiguos. Fuimos un sábado noche y estaba abarrotado pero nos atendieron súper bien y esperamos unos 10 minutos hasta que se quedó una mesita libre. Pedimos unos huevos rotos y 3 tapas. La que más me gustó fue la bola de patata y el saquito con puerro y espinacas con almendras. Muy rico todo y para repetir en otra ocasión.