Taberna ribereña de cocina local y asiática. Platos clásicos cordobeses y de inspiración asiática en una taberna colorida con vistas al río desde la terraza de la azotea.
Ubicado en una de las mejores zonas, hace esquina y da a dos calles y tiene salón interior, pequeñito y acogedor. La carta no es muy amplia pero está muy bien, la comida está bastante bien. Nos recomendaron pedir menos de lo que pensábamos y el tamaño de los platos no era tan grande como esperábamos, el Brioche por ejemplo es para una persona y no es un plato principal. Pero estaba todo muy bueno, la tarta de queso estaba espectacular.
Habíamos llegado esa tarde de sábado a Córdoba y estábamos buscando algo para comer/cenar, eran pasadas las 18:30h y este fue uno de los únicos sitios que encontramos en ese momento con la cocina abierta. Y menuda sorpresa, todo lo que pedimos estaba divino, el rabo de toro muy tierno y en una estupenda salsa. Pedimos una caldereta de cerdo fuera de carta que era un espectáculo.
Muy buena restaurante para cenar. La ubicación del restaurante no puede ser mejor y recomiendo su canelón y el salmorejo (adjunto fotos) Estuvimos en el salón, pero creo q ir tienen una terraza muy chula con vistas. Eso sí, obligatorio reservar!
Restaurante ubicado en el paseo del río, con un pequeño comedor y con una carta no muy amplia pero bastante gourmet. Fuimos a cenar por recomendación de amigos y, aunque tuvimos que esperar un poquito a que se liberase una mesa, la espera mereció la pena. El vino estaba espectacular, afrutado. El salmorejo, las berenjenas y la carne estaban buenas. Eso si, viniendo del norte la carne no fue la mejor elección. El postre estaba delicioso. Lo recomendamos a todo aquel que pase por esta ciudad.
La comida estaba bastante rica, los camareros amables y atentos! Cuando hace sol en la terraza de está de lujo!! Nos gustó mucho el canelón de pato! El salmorejo también rico. Hay que reservar con antelación, suele estar muy lleno! Repetiremos seguro!!
Un lugar bonito en el centro de Córdoba. Pedimos salmorejo, el cual estaba exquisito, después pedimos unas croquetas de jamón que también estaban buenísimas y unas patatas bravas espectaculares. Todo muy bien de precio y calidad. El único problema fueron los postres, muy caros para lo que eran,nada del otro mundo y de una calidad media-baja. Volveríamos sin duda pero no pediríamos postre.
Clasico local situado junto a la Ribera, ideal en el invierno porque da el sol y en las noches de verano porque corre el poco viento que haga. Comida tradicional y de fusión muy buena. El servicio profesional y amable, en especial Kamal.
La comida está muy buena, ya es la segunda vez que vamos. Hay que reservar porque se llena. Por dentro tiene dos plantas y fuera dos terrazas. El servicio es bastante rápido y las raciones grandes.