Nerua Guggenheim Bilbao

Menú degustación de alta cocina creativo, original y a la altura del contexto, en un pequeño rincón coqueto, al fondo del museo Guggenheim Bilbao. A destacar el uso de ingredientes de la tierra, las preparaciones elaboradas, la exquisita vajilla de porcelana y las sillas de láminas de madera diseñadas por el propio Gehry. Nos gustó mucho la forma de presentar las botellas de vino, que pone en valor el producto, así como la atención y el conocimiento de todo el personal.

Una experiencia fantastica, nos gusto mucho el detalle de recibir un potente saludo desde la cocina nada mas entrar, el menu no es muy extenso pero esta muy equilibrado y facil de comer, el ritmo muy bueno y la atencion del personal fantastica, el maridaje estupendo. Salimos muy contentos.

Restaurante en un entorno privilegiado (museo Guggenheim). Local muy agradable, decoración minimalista. Buena cocina de autor, sofisticada, dando prevalencia a los sabores y texturas. Un detalle que no nos gustó es que cuando llegas y pides el menú degustación, te dicen que lo normal es completarlo con platos de la carta, es decir que ofertan un menú conscientes de que es escaso y que el cliente se va a quedar con hambre? No me parece serio en un restaurante de esta categoría. Señores, hagan un menú serio y completo, creo que tienen experiencia suficiente para ofrecer una selección de platos que satisfaga a la mayoría de comensales y luego....cobren ustedes lo que consideren necesario.

Una decepción ,,esperaba algo mejor ,pedí las kokotzas al pilpil y ni era pilpil ni nada,,la sopa de pescado otra decepción ..las fotos lo dicen todo..Si quieren ofrecer cocina vasca ,que aprendan primero.

Muy rico todo . también el camarero nos explicaba en q consistia cada plato..muy buena atención.. pero como siempre decimos nos faltó cantidad

Tomamos el menú y la verdad fenomenal, un ambiente muy tranquilo el trato de su personal muy atento y la calidad de la comida excepcional.

No supieron asesorarnos correctamente en el menu a degustar. Comentamos que eran demasiados platos y pesados, la respuesta fue que para gustos los colores. Intentamos anular algún plato de los recomendados fuera del menú y la respuesta fue negativa. Es una pena por que la comida estaba muy buena y el servicio por parte de los chicos perfecto. No volveremos.

Experiencia hechizada por agradables sabores, desde unos tomates con dulce sabor a menta hasta unas anchoas con fondo de salvia. El futuro de la cocina pasa por impresionar al paladar.