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Comimos muy rico con buena atención. Tuvimos que esperar un ratito pero es posible tomar una copa mientras se espera. El lugar es chico pero cómodo, no estábamos pegados a otros comensales. El precio está tirando a caro pero la comida y la atención son de gran calidad.
Llamamos para reservar y menos mal, ya que el lugar estaba full cuando llegamos. Nos recibieron en la puerta, y nos pasaron al primer piso. Habían menos mesas y menor cantidad de personas, pero como el servicio tenía que subir las escaleras para llegar a nosotros se tomaban su tiempo entre casa vez que pasaban por la mesa. Así que si no tienen mucha paciencia busquen una mesa en la parte inferior del local. Comida divina, o al menos la paella de mariscos, y los calamares a plancha de entrada. Todo tienen pinta de tener calidad, y se toman su tiempo para la paella (30-40 minutos). Dentro de todo nos gustó bastante el lugar, bien acogedor, aseos limpios. El único punto negativo es que sentarse arriba requiere paciencia con el servicio. Pedimos una crema catalana que nunca llegó, así que bajamos a pagar nos la intentaron cobrar pero ni se molestaron que no le hayamos pagado, asumieron su problema sin comentarios.
IMPRESCINDIBLE sitio en Palma!! De los auténticos, con muchos parroquianos mallorquines. Voy al grano, gambas al ajillo riquísimas, frescas y sabor potente sin picar en exceso. La presa con queso de cabra de los mejores bocados de carne que he comido últimamente, que buena carne, textura, punto y sabor, un disfrute. El personal qje atiende, en especial las chicas, humano y amabilísimo, me ayudaron en todo momento. Sitio genial, encima viene un barítono/bajo a cantar con voz muy destacable.
Restaurante acogedor con luz tenue, bonita decoración y con un gran servicio. Las camareras fueron muy atentas con nosotros y con el resto de comensales. La comida estaba exquisita. Pedimos un tumbet mallorquín, una ensalada de cabra y un solomillo de cerdo. El tumbet estaba perfecto, con las verduras asadas al punto y unas patatas asadas para recordar. Mi ensalada de queso de cabra con mermelada de frambuesa (o por el el estilo, no recuerdo) me gustó tanto que aún me recreo pensando en el sabor del queso medio fundido. La carne estaba crujiente por fuera y al punto por dentro. No pedimos postre porque no podíamos comer más, y me arrepiento porque seguramente nos habrían encantado sus dulces. Las cantidades eran generosas pero sin resultar excesivas. No sabemos cuando volveremos a Palma, pero sin duda, nos gustaría repetir una cena así en el Restaurante Provenzal. Por poner un pero, nos tocó comer junto a un grupo numeroso de jóvenes que debían de pensar que estaban solos en el local y armaban mucho jaleo. Siento no tener más fotos, no podíamos esperar a hincar el diente a la comida.
Un sitio encantador, unas tapas deliciosas. Y el trato de Dayana la camarera un 10 , volveremos y lo recomendamos un 100%
Comida muy buena y de gran calidad. El pollo en tempura con salsa chilli me pareció de lo mejor. El alioli que te ponen con los entrantes está potente de ajo y está muy bueno. Un sitio al que volvería sin dudar.
Hay un ambiente cálido, la parrillada de marisco y pescado estaba muy buena y con mucho sabor, aunque siendo honesto me sorprendió el tamaño y la poca variedad tratándose de una parrillada. El servicio bien.
Pedimos calamares a la plancha y tenía 1 calamar, el precio 11,75. La copa de Albariño 5,30. Me parece excesivo.