Restaurante Casa Lac

El restaurante está muy bien. El salón es bonito y merece la pena una visita. La atención muy esmerada y la comida excelente, sobresaliendo por la calidad del producto. La cocina sin florituras. En cuanto a los postres, la fama la lleva la torrija, pero a mí me gustó mas la tarta de manzana. Por ponerle una pega, me parece algo caro en comparación con otros restaurantes parecidos de Zaragoza.

Muy buena ubicación y buen ambiente, decoración cuidada. Buen servicio, amabilidad y profesionalidad. Comida muy bien elaborada, con excelente trabajo del producto de la tierra, sobre todo hortaliza y vegetales; no perderse las pencas de Acelga. Buena carta de vinos con buena relaciòn calidad precio.

Cena de empresa entre semana y el local lleno. El personal formado y atento y la comida variada y preparada con esmero. Pedimos varios entrantes a compartir y nos los partieron en pequeñas raciones individuales. El producto de muy buena calidad, pero el precio es elevado. Las pencas de Acelga y las torrijas simplemente espectaculares. Nunca las he probado mejor. Volveremos.

GRANDE!!! Es de aquellos restaurantes que sales encantado por la calidad del producto que te han dado y el buen servicio recibido (Gracias Ivan), realmente se conjugan ambos al máximo nivel. Pocos restaurantes están a este nivel???

Un imprescindible cuando pasamos por Zaragoza. La comida es excelente aunque los precios están algo por encima de lo que toca. El personal es muy amable. Recomendamos comer en el piso de arriba que es más tranquilo.

Camareros muy amables y atentos. El menú degustación de verduras muy bien presentado y sabroso. Por poner un pero, la berenjena en escabeche demasiado fuerte.

Teníamos ganas de comer en este establecimiento de Zaragoza. No tuvimos suerte, de primeras, estaba completo un sábado para comer. Después me llamaron y me ofrecieron una mesa para dos en un comedor planta sótano. La verdad es que no lo pensé demasiado, me apetecía conocer este lugar, así que acepté. Al llegar, comenzamos a bajar por una escalera desde la planta de entrada. El saloncito era muy reducido, nada acogedor, frío, húmedo, sin luz natural. La verdad que de primeras, no apetece nada comer ahí. Conozco sitios de estas características que han conseguido, con ganas, hacer espacios muy agradables. Este no era el caso. La carta, conociendo los restaurantes del grupo, Restaurante 33 en Tudela y Origen en Zaragoza, pues no nos sorprendió mucho... No disfruté de la comida, que pienso estaba mucho mejor en los otros establecimientos del grupo, y el lugar donde comimos, no mejoró, en absoluto, la experiencia. Nos fuimos rápidamente, sin tomar postre, buscando la luz exterior... Considero que no vale, ampliar un local, sin tener en cuenta cómo lo vas a hacer.

Fuimos solo a probar su celebérrima torrija con un café. Nos atendieron muy muy bien y la torrija está muy rica. No va frita en aceite, sino que va sellada en mantequilla, lo cual le da un sabor diferente y se queda un punto más crujiente en comparación con la torrija de siempre. No está mal. La sirven con helado de vainilla. Lo que sí me pareció es bastante cara, 7€.