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Mesa para 4 en terraza bajo reserva. Buen servicio aunque igual un camarero más al estar lleno, hubiese venido bien para un poco más de velocidad en el servicio. Pedimos 3 cosas para compartir: Las croquetas (muy cremosas), los calamares de potera y el cachopo de jamón y queso con esparrago (para nuestro gusto con demasiado rebozado, un poco gordo). Una comida correcta en cantidad, calidad y precio. Tienen el detalle de permitir perros en el interior en la planta baja.
Si tienes ganas de comer en un sitio de comida casera,y agradable te lo recomiendo, muy buen llevado por Toño el dueño y asesorado en todo momento por Bea atendiendo las mesas y monse en la cocina. Fuimos a cenar y queríamos algo muy parecido a lo de casa y así hicimos pedimos huevos fritos con patatas y pimientos del piquillo y también cabrito de Quirós delicioso con sus patatas para beber botella de cava marqués de la concordia reserva y de postres tarta gijonesa que los acostumbrados a tomar la de la confitería la fe que es de las mejores está está muy sabrosa y el bombón de nata de la ibense muy típico en Gijón. La relación sobre el precio y la calidad y el tamaño de las raciones es muy bueno. Es un restaurante con dos comedores uno arriba muy grande y otro en la entrada que es acogedor.
Mi experiencia es relativa a "tomar algo": precio normal, aunque no incluyen un acompañamiento ("pincho") con la consumición. Los baños no los encontré sucios. Como detalle, decir que la entrada al local desde el lado de la terraza (la puerta de la derecha tras bajar unos escalones) es algo extraña, porque desde fuera no estás seguro de si es la entrada al almacén.
Fuimos a comer cocido madrileño y hemos quedado muy satisfechos, mucha cantidad , todo muy bueno y el trato de la camarera a sido extraordinario, ? recomendables
Restaurante muy recomendable, calidad precio. Terraza frente al Grupo Cultural Covadonga. Buena atención y recomendación especial el milhojas.
Hemos estado un grupo de amigos disfrutando del cocido. Espectacular es poco decir!! La comida, el personal, la atencion, el local, todo!
fuimos a comer el cocido y espectacular, llevaba tiempo con ganas de ir y ha sido un acierto total súper recomendable y que decir de los torreznos, no los he probado aún pero tengo reserva para volver otra vez porque la pinta al verlos pasar para otra mesa no tienen nada que envidiar a los de madrid eso seguro, ya os contare.
El sitio, a pesar de no ser un lugar pretencioso, es muy acogedor, con una decoración peculiar y a la vez original. Los camarer@s muy agradables, educados y simpáticos en el trato. La comida casera y muy rica, sobre todo la tarta gijonesa. Volveremos en nuestra próxima visita a Gijón.