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Cena elegante a orillas del río Ebro. Escogimos el menú degustación para cenar y quedamos muy satisfechos: incluida la bebida, el postre y una variedad de platos para probar que sobretodo nos sació sin duda alguna. El único problema fue que al estar tan cerca del río había mosquitos, sobre todo al final de la velada pero que sin problemas, nos ofrecieron montar dentro una mesa para estar mejor. Volvería aunque eso sí, solicitaría una mesa en el interior del restaurante.
Elegimos este lugar al azar, después de ver la elaboración de los platos, las vistas sobre el puente y las reseñas positivas de otros clientes. Una vez allí pudimos comprobar cómo estaban de acertadas las opiniones. En primer lugar destacar la atención de todos los trabajadores del Hotel, desde el vigilante de seguridad muy atento, hasta los compañeros de el Restante. Aparcamiento gratuito en el sótano de el hotel, platos exquisitos y muy elaborados, materia prima de primera, chef imaginativo y profesional. Servicio de mesa inmejorable, la chica que nos agasajó, era todo atención, buenas recomendaciones, una Gran profesional. Enhorabuena a todos. Gracias por el detalle de la felicitación por el aniversario. Esta pareja sevillana se lleva una impresión del Restaurante Celebris inmejorable. A seguir amigos.
Muy buena atención, una experiencia de 10. Fuimos para la cena de empresa y acertamos de pleno. Ambiente íntimo y relajado y los platos con elaboraciones cuidadas y realmente buenos, sobre todo destacar los segundos; rodaballo y ternasco deshuesado a baja temperatura.
Muy buen servicio y atención. Menú diario por 26€, de muy buena calidad. He pedido de primero: Tartar de trucha del Pirineo en cítricos con jamón D.O Teruel. De segundo: Carrillera de ternera al vino tinto con parmentier de patata. Y de postre: Tarta de queso. Repetiré seguramente.
Fuimos al palacio de congresos a un musical y cenamos allí por cercanía Pero fue una experiencia muy muy agradable El trato del personal excelente pendientes de nosotros en todo momento La comida excelente, su sabor, calidad y presentación Volveremos seguro
Una cena de 10 en un lugar único en Zaragoza. La comida inmejorable, cada plato consiguió sorprendernos, destacar los postres pedimos 5 de los 6 que tienen en la carta y todos estaban buenísimos y para todos los gustos, muy muy recomendable la torrija de pan brioche. El personal muy atento y no pudo ser más correcto. Fue una velada sorprendente e inolvidable, repetiremos seguro.
Le pongo 5 estrellas porque no puedo ponerle más. Uno de los mejores menús que he comido. 30€ por aperitivo, entrante, segundo plato y postre con pan, agua y vino incluidos. El personal muy atento, agradable y con gran conocimiento de la carta. Siempre están pendientes de que no te falte agua o vino en la copa. Sacan los platos rápido y no hay que esperar y no te sientes para nada agobiado. La presentación preciosa, raciones más que cumplidas y sabor maravilloso. De las pocas veces que puedo decir que me ha gustado absolutamente todo. Volveré encantada.
Buena experiencia y buena relación calidad- precio en los menús. El restaurante está alejado del centro, pero merece la pena acercarse para disfrutar de la arquitectura moderna del hotel en el que se ubica que incluye un atrio de 4 pisos de altura. Optamos por el menú degustación que vimos muy correcto tanto en cantidad como en calidad, variedad y en las copas de diferente vinos que incluía. El servicio muy profesional y atento. Lo mejor la sabrosísima vichyssoise con manzana y la dorada al horno. Como únicos puntos negativo comentar que a la ensalada de trucha le faltaba el aliño y que el pan era un poco mediocre.