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Experiencia muy buena. Fuimos al salón que tienen detrás ya que lo reservamos para una comida familiar. Nunca había estado en un menú degustación y la verdad que fue una experiencia muy buena. Todo estaba bastante rico. La única pega quizás fue el servicio a mesa, al principio un poco lento y estuvimos entre plato y plato 20’. Luego los ultimos ya de comida si entraron bien de tiempo. Es una experiencia que realmente es cara y todo el mundo se la puede permitir, pero el que pueda se lo recomiendo.
El pasado domingo mi pareja y yo tuvimos la gran oportunidad de conocer este restaurante y nos llevamos una grata experiencia culinaria y sensitiva. Mi experiencia la puedo comparar con un buen libro de novela, el cual cuando comienza no quieres que se acabe y que, a través de los sentidos puedes viajar aunque no te muevas de tu silla. Increíble experiencia gastronómica, que, junto con un ambiente acogedor y vanguardista, y un servicio de mesa excelente, hicieron de nuestra velada un momento único e irrepetible.
Reservé un menú degustación. En general los platos eran aceptables, unos destacaban más que otros pero no quedamos nada contentos con la experiencia en general. Desde nuestra llegada, nos sentimos vagamente atendidos. La camarera era correcta pero bastante parca en explicaciones y detalles. Teníamos que estar continuamente preguntando por cada plato, la descripción que nos daba al demandarlo era tan escueta que sólo se limitaba a dar los nombres de los platos sin mostrar ningún entusiasmo. Nos sentimos bastante abandonados durante el tiempo que duró la comida, teníamos que estar continuamente a la espera de que apareciera para pedir más bebida. Al preguntar por el maridaje con vinos, su explicación fue tan discreta que no nos enteramos de qué vinos se trataba por lo que decidimos pedir la carta de vinos y así poder elegir una botella al gusto. Nos comentó que no tenían carta de vinos, por lo que salió otro compañero para tampoco explicarnos qué vinos tenían en carta y limitarse a recomendarnos un único tinto. Se hace incómodo tener que pedir una botella sin más opciones y sin saber precios. La pedimos y costó 30€. Al igual que dos comensales de la mesa de al lado, nos quejamos un par de veces del frío que hacía en la sala, y tuvimos todos que continuar comiendo con los abrigos puestos. No te rellenan las copas, no recogen las migas del mantel hasta el final de la comida, en ningún momento durante todo el tiempo que duró la comida, nadie se acercó a preguntar si eran de nuestro agrado los platos, ni la chef ni el metre, ninguna atención ni explicación de lo que nos ponían. Es inevitable comparar con otros restaurantes de nivel de Córdoba que por el mismo precio (en este caso éramos dos y la cuenta fue de 160€) distan mucho al de Celia Jiménez, en calidad, elaboraciones y sobretodo en el trato, insisto, no fue malo pero sí prácticamente inexistente. Nos sorprendió que no adapten los platos a la estación que estamos. Demasiados platos fríos para ser invierno. Quedamos francamente decepcionados y ni siquiera pudimos comentarlo con el metre ni otro trabajador pq nadie tuvo el detalle de preguntarnos qué tal habíamos comido. Por no decir que tampoco nos despidieron ni dieron las gracias.
Me sorprendió gratamente, una cocina elaborada, mezcla de tradición e innovación. La comida exquisita, ambiente acogedor, personal atento, para rematar la música de ambiente genial. Repetiremos sin dudar.
Antes de nada me gustaría aclarar un par de puntos. Por un lado quiero apuntar que no tengo mucha experiencia en este tipo de menús, he ido solo a un par de sitios y mi reseña se basa en la comparación con estos. No soy crítico gastronómico y no tengo idea de los platos aunque me gusta mucho la cocina, solo opino desde mi propia experiencia. Reservamos para ir, era un regalo, e íbamos con muchas ganas tras una crítica exquisita por parte de un familiar que entiende mucho más que nosotros. De primeras, a nuestra llegada y hablar con la camarera que nos atendió, fue una reacción rara, como de que hacéis por aquí, pero tras aclarar la reserva y prácticamente señalarnos el acceso, nos sentaron en nuestra mesa y poca atención más en ese momento. No pedimos que se nos trate de forma especial, que se nos agasaje, simplemente, al igual que repetiré en esta extensa reseña, forma parte de una experiencia, una historia o hilo de evento que es ir a un lugar como este. Tras preguntarnos si querríamos acompañar el menú con vino, aunque no nos especificó que vinos eran ni cuánto salía, empezaron a servirnos platos empezando por un tentempié de aceite, buenísimo, pero como comenté antes, que la persona que te esté sirviendo el plato lea la etiqueta de la botella hasta para decirte de donde es, características u otros de detalles te saca un poco de la experiencia, desconcierta. Primer plato, mazamorra y AMIGO! una parte de mi, que estaba ya con la "bajona" de toda la experiencia anterior se dijo "esto está de muerte, me da igual la atención si los platos tienen este nivel". Al igual que antes, la descripción básica y desganada del plato no ayudó a mejorar esta experiencia, ese viaje gastronómico y festivo que es comer cosas que nunca antes has probado, pero he de decir que es uno, sino el mejor, plato que comimos. Lo cual no es tan bueno como podría esperar. Porque, en general, la cosa fue decayendo. En los siguientes platos tuvimos una experiencia agridulce. Sí, todo estaba muy bueno, pero no especialmente bueno, eran productos de calidad pero no por la elaboración, sino por el producto en si. Resumiendo platos, un puré de hiervas, gambas y granizado de cebiche, muy bueno, un tartar de presa ibérica, muy bueno pero nada especial, gran producto pero solo eso, molleja con setas que lo mismo, buen producto pero ya, lubina en salsa de adobo, pues eso, una lubina frita como en cualquier sitio con una salsa que tenía semejanzas con el adobo con toques de pimentón, ajo y cítrico, que incluso este no le gusto nada a mi acompañante, cordero con berenjena y hummus, y por desgracia he de decir que el cordero estaba más seco de lo que esperaba, aún así rico en conjunto, una tabla de quesos muy buenos, 4 cortes, y por último, y sinceramente, espectacular, gachas con crema de pestiños y helado de menta creo (porque no nos explicaron mucho mas), un gusto de los dioses del Olimpo de verdad. Todos estos platos, fueron presentados como os lo digo, sin detalle, sin chispa, sin ganas y sin crear ese ambiente de ansías, ganas y tentación que en otros lugares donde he ido han conseguido haciendo de esas una experiencia inolvidable tanto por el plato como por los entre platos. Los vinos no nos los presentaron, solo nos servían y con suerte nos decían que eran un Rivera, o incluso ni eso. La falta de interés, desgana y poca gracia que había entre los platos hicieron que fuese una experiencia insulsa en el que, incluso, en algún momento nos sentimos hasta incómodos. Por último comentar, el precio, sin contar un poco ciertos aspectos relatados arriba, lo creo correcto para un menú degustación aunque, como ya comenté, no lo veo acorde con la experiencia. Siento decir que no volveremos y que no nos hemos llevado un buen recuerdo. Íbamos con muchísima ilusión y expectativas y nos quedamos con un mal sabor de boca. No fue una cuestión de exceso de trabajo ya que solo estábamos nosotros y otra mesa. Siento si mi reseña no es la esperada pero creía conveniente hacerla.
Comida de alta calidad y servicio muy bueno a un precio moderado. Ofrece menús a escoger entre 3 primeros, 3 segundos y postres, a 15 euros. Los platos del menú son todos de alta cocina. Mi mujer y yo hemos comido en la terraza, muy ventilada y con amplia separación entre las mesas. Muy satisfechos.
Ayer 28 Diciembre 2022 comimos el menú degustación de 10 platos con 4 madiraje. Que decepción de experiencia: zona sin glamour (afueras de la ciudad en zona industrial), local frio en todos los sentidos (temperatura y compartiendo cafeteria con familias haciedo aperitivos de bravas) camarera seca y sin empatia con clientes (poco profesional sin conocimiento de elaboración ni matices en los vinos). Y es una lástima porque desde el punto de vista gastronómico nos gustó bastante mucho, menú variado de calidad y originalidad. El madiraje de 4 vinos abusa de demasiado amontillados (los dos primeros) y encuentras a faltar algun PX dulce para los postres. En fin, sin dudas no volverrmos a gastarnos 177€ por 2 personas. Celia, como clientes habituales de otros restaurantes con chefs de calidad, no solo es comida lo que buscamos, nos gusta disfrutar del todo, de una experiencia en conjunto …. y lo siento, tu restaurante no nos lo ofrevió en absoluto. Por cierto, únicos comensles ese dia… quizás es un indicador, quizás casualidad. Suerte de la ciudad maravillosa que nos espera visitar.
La verdad es que hemos comido muy bien. El menú por 15,5 euros es muy completo y todo está muy bueno. Sitio para repetir. Nos pusieron un menú para celíacos. Sin duda , recomendable.