-
Local muy chulo, para estar tomando algo y pintxos ricos
Cocina deliciosa a precio increíble, cazuelitas, pintxo-pote... La verdadera esencia de lo mejor de Euskadi. Buena comida, buena bebida y buena conversación. Después de la visita a la catedral vieja de Vitoria, en la que aprenderás todo de arquitectura, errores y aciertos, y verás el pasado con perspectiva, restaurarás fuerzas comiendo rico, rico. No os perdáis los caracoles.
La carte no tienes precios, el camarero contesta entre 7y 8€ las raciones, cuando le pedimos la raciones te traen un plato con 6 rabas, igual con las alcachofas. Menos mal que te dan pan porque hemos pagados 40€ para 2 y nos hemos ido con hambre.
Pésima atención. Camareros totalmente ebrios. Todo ello acompañado de un perro de la casa que entraba y salía de la cocina. Mucho tiempo esperando para 4patatas y 4 croquetas y todo ello para que salga frío. Bueno, pero frío. No volvería.
Solemos ir a menudo en cuadrilla y siempre nos han tratado fenomenal. Los pintxos están buenísimos, recomendación total por los callos, el ciervo, las bravas y las albóndigas. Parada obligatoria en la Kutxi.
Una pasada de caro una cazuelita con patata y dos trocitos de pulpo. Por 2 euros hay que currarselo un poco.
Las raciones son buenísimas y cocinadas con mucho mimo. Muy buena calidad-precio. Los dueños son encantadores.
Buen sitio, acogedor y con una cocina excelente. Ideal para tomar un pote y comer una tapa o cenar.