Restaurante típico de tapas tradicionales. Tapas clásicas de marisco y embutidos, además de postres y bebidas, en un restaurante sencillo y singular.
Un menú de comida casera genial por 13.45 con 1°,2°,bebida,pan y postre o café. Comida casera muy rica, las croquetas brutales!! Y el señor que hay de camarero súper simpático y agradable.
Hoy me ha llevado un colega. Delicioso y la atención un 10, muy majos, nos acomodaron una mesa a pesar de estar lleno. 1ro pisto huevo y jamón 2do costillar y goulash ufff estaban exquisitos. Postres flan y tarta, 15 y algo más café. Lo vale completamente. Recomendado
Una “casa de comidas” familiar, un sitio de los que cada vez quedan menos en esta Barcelona entregada al turismo, las cadenas de restauración y lo ‘cool’. Tiene menú del día en sábado (13,45€), con algunos platos muy elaborados y ricos (estupendo pavo al horno acompañado de pera y puré). La atención y el ambiente es cercano, de barrio. Si no me equivoco, antes estaba en otro local que daba directamente a calle Elisabets. Ahora se han trasladado a uno algo más pequeño, justo al lado girando la esquina. Repetiré seguro.
Restaurante ubicado en la C/ Ramellers ,3 al lado de la plaza Bonsuccés en Barcelona. El precio del menú es asequible pero la comida es exquisita. El personal es atento y los aseos están limpios. Sin lugar a duda, un lugar recomendable para ir con amigos o en familia.
Es familiar, es deliciosa su comida. Tiene historia. Es mi lugar favorito para comer comida catalana y española. Son personas amorosas y un negocio de muchos años, que mi padre nos enseñó. La comida es realmente deliciosa, bien presentada. Sólo puedo recomendarlo desde el menú del día a sus tapas.
El bar y restaurante Elisabets es un sitio 10%%%% se come delicioso, casero, excelente atención al cliente, está localizado muy cerca de la ramblas y Plaza Catalunya!!!!
Encontramos el sitio de casualidad y comimos genial, servicio rápido y las chicas muy simpáticas a pesar de la gente que había. Comida buena y barata , repetiremos seguro ?
Es un sitio pequeño pero tiene su encanto. Para ir hay que reservar con tiempo ya que se llena muy rápido. La comida está buenísima y el precio es asequible. De postres, la panna cotta de chocolate y la tarta de queso están riquísimas. El servicio es muy agradable, son muy simpáticos y simpáticas y están pendientes de todo. Repetiré de nuevo, ¡sin duda!