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Visita en familia a Valladolid y como teníamos hambre y se nos hizo un poco tarde, buscando un restaurante de menú de día nos metimos en este sin haber leído reseñas anteriores. Gran error. En primer lugar decir que el local está en una muy buena ubicación cerca de la plaza mayor de Valladolid en la calle Correos. El local por dentro está muy bonito y fuera tiene una terraza que es donde nosotros comimos. Pedimos un menú de día que costaba 16 euros y medio. La calidad de la comida es muy baja y lo que es sangranteson las cantidades;por ejemplo mi madre pidió un plato de espárragos trigueros que tenían una anchura de pocos milímetros. De segundo pedimos chipirones que eran enanos y muy finitos y filete de ternera que tenía la anchura de un casi papel de fumar. El servicio tampoco me pareció de calidad faltaban cosas como entregarte los postres sin cuchara. Por supuesto que no repetiré, no lo recomiendo y creo que en Valladolid hay muy buenas opciones para comer y yo evitaré este restaurante en lo sucesivo.
Malisimo trato, muchisimo tiempo de espera, una verguenza de sitio. Pedimos una ensalada tropical y nos llega una macedonia de frutas y una merluza que estaba seca no, lo siguiente y los 3 trozos de tomate super pasaos. No se como no nos levantamos y nos fuimos del lugar
Me ha gustado la sensación de estar en un restaurante de toda la vida. Al XVIII Concurso Nacional de Tapas de Valladolid presentan "la bola de dragón, picha!!", creada por Juan Antonio Pérez del establecimiento La Lonja de Cádiz. Es un pani puri marinero de langostinos y galeras. Recomiendo meterlo en la boca entero, ya que al partirlo se va a perder mucho de su líquido contenido. Rico y sorprendente.
Si que es cierto que el local se les queda pequeño. Señal habitual de que es un lugar acogedor y el servicio es bueno. De los cada vez menos lugares donde los camareros están atentos sin interferir a los clientes, muy educados. La comida, bien servida y elaborada y el precio asequible. Repetiré
Hemos ido sin reserva y cogimos el menú del día (19'70, por ser festivo). Es la segunda vez que vamos El trato bien, el camarero atento, rápido y estaba todo rico. Relación calidad-precio bien del menú, pero lo de los cafés.......
Estuvimos comiendo en la terraza. Para mí el lechazo estaba un poco seco, lo maridamos con Carmelo Rodero. Por lo demás bien. Relación calidad-precio: normal Servicio: Atento y rápido, te aconseja sobre q elegir. Ubicación: En pleno centro. Accesibilidad: El local dispone de terraza a pie de calle
No puedo comentar la comida, si bien solo tomamos unas cervezas y vinos no nos pusieron ni unas simples aceitunas menos aun unas tapas.... Lo peor es la mala educación del camarero que se ocupa de también de las mesas del exterior, un autentico mal educado que hizo que abandonaramos el lugar. Una y no más
Primera y última vez que vamos a este sitio. La atención que recibimos fue pésima. Primero un camarero de malas maneras nos dijo que nos apartáramos cuando estábamos en la barra pidiendo, después la comida que fueron solo unas bravas y dos croquetas tardó una barbaridad, cuando el sitio no estaba ni lleno. Por último, cuando fuimos a pagar vimos que nos habían cobrado 3€ por un mosto enano (en mi vida he pagado eso por un mosto), evidentemente se lo dijimos al camarero porque debía haber sido un error, ya que ponía "mosto grande" en la cuenta. Pero en vez de asumir que se habían equivocado y arreglarlo, dijeron que sí que costaba eso y se quedaron tan panchos. No sé si es peor que un mosto pequeño cueste 3€ o que se equivoquen y encima te mientan a la cara. Sin duda no volveremos.