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Un restaurante muy acogedor, el ambiente es tranquilo e invita a quedarte. Respecto la comida, nosotros pedimos un risotto y unos raviolis, ambos platos contaban con una preparación de salsa de "fungi" la cual le daba unos sabores muy buenos, único problema es la pesadez, es muy bueno pero se hace empalagoso después de comer 4/5 partes del plato. La localización es perfecta ya que está cerca del puerto de Palma y al lado de la rambla, la calle principal por dónde hay muchos establecimientos y la vida nocturna fluye con naturalidad. Calidad precio muy bueno, con una comida que está muy sabrosa. Único inconveniente es el cobro de "cubiertos y aceitunas" las cuales no pides y se te ofrecen como si fuese gratuito. Dicho esto, es bastante merecedor de las 4 y no 5 estrellas dadas a este restaurante.
Una atención y servicio excesivamente lentos. La mesa asignada en la reserva estaba muy cerca de la puerta (que permanecía abierta permanentemente). No me gusta el que se cobre por cubierto, y aceitunas (no pedidas), sin advertirlo antes. Es una treta (aunque el importe cobrado sea "pequeño"). Desde que nos sirvieron la bebida, hasta que nos tomaron nota de la comida, pasaron más de veinte minutos; de forma que, cuando nos sirvieron los platos (unos cuarenta y cinco minutos después de sentarnos), prácticamente nos habíamos tomado la bebida. No es extraño que pongan las aceitunas... La cantidad de comida en los platos (de macarrones -maccheroni- con salsa vegetariana) era aceptable. En cuanto a la calidad de la cocina, correcta; aunque, pese a que la pasta fuera "al dente", y a nuestro juicio, hubiera necesitado algo más de cocción. Mucho camino que recorrer en atención, servicio, y cocina.
Muy similar a una Tagliatella de estilo y relación calidad/precio. Un poco tirando a caro, pero para la zona en la que está, merece bastante. Muy recomendable la pizza de pulpo
El local muy bonito, pero demasiada mesa junta. Estuvimos en la planta de arriba y los camareros apenas podían pasar a dejar los platos, rozaban todo el rato las mesas al pasar. Demasiado ruido al tener todo tan compacto y encima con música de fondo generando más ruido. La comida no fue mala, pero no repetiría sitio. Y los postres muy bien presentados pero no nos gustaron. Pedimos dos; la natilla de chocolate blanco que no sabía nada ni chocolate blanco ni a natilla y la tarta de chocolate que era hiperdulce. En fin, no es un mal sitio pero no gustó. Aparte el aperitivo que te ponen al principio te lo cobran. Nosotros dijimos que no queríamos y al revisar la cuenta lo habían sumado. Avismos a la camarera y lo rectificaron.
Restaurante muy moderno, decoración con gusto, acogedor y muy bien situado. El trato de los camareros inmejorable, la comida exquisita, hemos probado escalope La Grepia, Risotto de gambas y pasta con almejas. Además, los postres, buenísimos, hemos pedido uno por persona pero creo que sería suficiente uno por pareja. Por poner un pequeño pero, las aceitunas y alioli que te traen antes de la comida y que luego te cobran aunque no lo comas como un pequeño suplemento de “cubiertos/aceitunas”. En resumen, sitio recomendable 100%.
Al llegar, uno de los camareros nos atendió de una manera poco agradable solo por no tener reserva cuando habían mesas vacías. Además, te cobran 1.20€ POR persona por un “cubiertos/aceitunas” que ni siquiera pides, te lo traen ellos directamente junto a la bebida. Si vais para comer pizza no merece la pena por la relación calidad/precio, y además la bebida cuesta 2.80€ cuando es una botella normal de cualquier lado. No recomendado.
Reservamos mesa para 9. Hay que reservar y elegir el menú y el principal con 5 días de antelación. La comida era espectacular. Raciones muy generosas. Sobró comida. La decoración y el ambiente muy buenos. Personal muy atento.
Un buen sitio para comer bien y a un precio moderado. Restaurante con un estilo moderno y agradable, menú con un toque de diseño pero sin pasarse. Merece volver.