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Se trata de un restaurante turco especializado en kebap's. Anteriormente estaba ubicado en un locao al girar la calle y, francamente, el espacio de mesas no lo hacía agradable porque estaba configurado como un pasillo estrecho. Ahora está distribuido en una entrada con mesas a modo de pasillo pero con un salón cuadrado y grande al fondo. Es accesible para sillas de rueda, aunque no he visto baños adaptados, y para ir con niños porque tienen trona (sólo una). Por todo lado, la comida está muy bien de sabor y cantidad.
El lugar esta bien, la comida buena y muy centrico. Pero todo eso lo arruina la camarera, siempre con malas caras desde hace mucho tiempo, se cobra antes de servir y no deja pagar en efectivo a veces, solo por que ella quiere, por favor tirarla a la calle ya, el jefe lo agradecera.
Excelente local grande con buena música turca. El Dürüm doble muy bueno y el precio de las bebidas asequibles. Recomendable.
El peor sitio que fui sin duda el trato del personal nefasto te cobran asta por casi ir al baño las camareras bordes, secas les pides y parece que te hacen un favor hablándote mal y sobre todo con perdón unas sin vergüenzas porque la comida de 10 pero el trato desde que entremos asta que salimos fataaaal una vergüenza
En mi vida me han tratado tan mal como estás camareras , todo el rato mala caras y hablando mal, la comida está muy buena , el único problema las camareras.
Un único borde el servicio, ya se que es un kebab pero si estar en pleno centro y con muchísima competencia creo que podría mejorar la atención al cliente...
Tengo que poner una mala reseña por la siguiente razón: yo pedí un entrante de 1€ y me cobraron 6,50€. Lo reclamé y lo único que dijeron es que no saben muy bien español y culparon al camarero. Fuí obligado a pagar algo que no pedí y ni me recompensaron. No me extraña que, en hora punta para la hora de comer, estuviera vacío.
Hemos vendio a cenar y la camarera nos ha atendido de mala gana, un sitio para no volver nada recomendado.